Presentamos hoy varios artículos de actualidad en temas jurídicos, escritos por docentes de la Facultad, que se han vinculado con sus trabajos a la edición No. 102 de nuestra revista.

Desde hace varios años viene observándose en el mercado asegurador un alarmante crecimiento de las pérdidas en el Seguro de Automóviles en todo el mundo, que ha exigido a las Compañías que trabajan este ramo, modificaciones permanentes en su comportamiento frente a los costos de asunción de los riesgos y la adopción de drásticas políticas de aceptación. Conviene analizar el problema desde un punto de vista diferente, que, sin embargo, conduce a la misma encrucijada: ¿Qué hacer con los Seguros de vehículos cuando sus resultados son desastrozos para todas las Compañías en el mundo entero?

Nos proponemos hacer un análisis jurídico de los elementos esenciales, esto es, de los constitutivos de la entidad llamada contrato de seguro. Para este fin, conviene presentar inicialmente una definición del contrato de seguro para vertebrar con base en ella el estudio a que se dedican estas líneas. Podemos definir el seguro como un contrato en virtud del cual una persona natural o jurídica amenazada en su integridad o en sus bienes por un peligro determinado, lo desplaza en una persona jurídica, quien mediante un precio acepta asumir su responsabilidad y pagar a la primera las pérdidas que sufra durante un periodo cierto.

Nos proponemos hacer un análisis jurídico de los elementos esenciales, esto es, de los constitutivos de la entidad llamada contrato de seguro.

1.1. El seguro, un contrato diferente -- 1.2. Definición del contrato de seguro -- 1.3. La definición del asegurado tratándose de personas naturales y de personas jurídicas