Cada vez más vemos la producción de conocimiento en la academia organizada en territorios disciplinares, no solo en términos de materiales sino que también de marcos teóricos. Aunque existan discursos divergentes, las especificidades formativas parecen imperar de alguna manera. En los últimos años, diversos autores se han cuestionado sobre esas fronteras de la producción del conocimiento. Autores como Gilles Deleuze y Félix Guattari (1977, 1992, 1995, 1997), con una propuesta de la filosofía de la diferencia, nos provocan al asumir el territorio como algo no cerrado y cuyas conexiones no se limita desde el exterior. Se hace por medio de actos y gestos que rompen, amplían y crean territorios posibles.

Este artículo busca asumir discursos enunciados sobre el rigor, multiplicándolos en posibilidades para producir el concepto de rigor sin órganos, para ser operado en diferentes espacios disciplinarios, de acuerdo con una regla de funcionamiento, más como un arma de invención de otras formas de vida en relación con un rigor que como una herramienta de reproducción de relaciones (de poder) con el rigor. Para lograr esto, se vale de los restos discursivos visibilizados en la tesis de maestría "La Disciplina de Análisis según Licenciandos y Profesores de Matemáticas de la Educación Básica" (Gomes, 2013) y del ejercicio de problematización y producción del concepto de rigor sin órganos, promovido por la tesis de doctorado "Rigor sin Órganos: en medio de relaciones discursivas, (r)ex(s)istencias posibles" (Gomes, 2020), en un recorrido que no desea territorializarse en ningún espacio específico, sino correr por tierras, ya sea conocidas o desconocidas. Como propuesta estética, se opta por una estructura de ópera como forma política de experimentación narrativa, motivada no solo por los gustos personales de los autores, sino por reconocer la potencia de operar con otras formas de organización del conocimiento que pueden llevar al lector a movilizar otros afectos.