Con fecha 10 de julio de 2018, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dio por concluida una larga y extensa batalla entablada por la titularidad de los derechos autorales y marcarios de la obra literaria “El Eternauta”, escrita por Héctor Germán Oesterheld e ilustrada por Francisco Solano López. La obra, escrita y publicada por primera vez a finales de la década del 50 del siglo pasado, rápidamente adquirió una dimensión universal, dimensión que se logra rescatando la particularidad y el localismo de la ciudad de Buenos Aires: desde Buenos Aires, al mundo. Se cumplió el paradigma cultural que impone la transmisión de lo regional para darle una proyección general; sus personajes y sus problemáticas devienen universales traspasando barreras geográficas. Es esta concepción universal, ínsita en la protección autoral, que impone la universalidad de su protección global, a partir de la propia creación y de su tutela en el país de origen de la obra, característica notoriamente diversa del resguardo territorial y especial marcario.