Este texto, con base en los desarrollos teóricos que tuvo el término afecto (así como su sucedáneo, la angustia) en el recorrido de Freud, intenta establecer el carácter de imposibilidad del campo al cual se remite, así como las consecuencias subjetivas que pueden advenir. Al final, propone una rápida articulación, como propuesta para desarrollarse en el futuro, entre lo que se discutió y las grandes manifestaciones en las calles, donde puede sugerirse un sujeto colectivo.  

El presente trabajo investigativo tiene como principal objetivo problematizar los casos psiquiátricos que se caracterizan como “casos crónicos”. Buscamos, mediante tal problematización, avanzar en el sentido de comprender los impases y posibilidades que surgen por medio de la utilización de esa terminología. En tal sentido, nos servimos, en nuestra investigación, de la manera como el término se entiende en diferentes áreas del conocimiento, suponiendo que dicho trabajo tiene importantes consecuencias para el trabajo clínico psicoanalítico.

En el texto “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo”, Lacan explica que la verdadera función del padre es unir la ley con el deseo. Esta función permite aproximar el Nombre-del-Padre al imperativo categórico kantiano. Sin embargo, vemos que Sade también se detuvo en esta especie de anudamiento en que se ata la ley al deseo puro, de modo que nada impide que la apatía sadiana (rechazo radical del mundo empírico) se evidencie como lógica constitutiva del sujeto. Esta es la problemática que Lacan enfrenta en “Kant con Sade” y en el seminario Los Nombres-del-Padre: proponer Nombres que, efectivamente, alienen el deseo al mundo fenoménico.

Este texto tematiza el impasse constitutivo de la psicopatología, privilegiando en la discusión los dos abordajes clínicos que han sido prevalentes en nuestro medio, es decir, el psicoanálisis y la psiquiatría biológica. Se propone que el uso de esta aporía constitutiva, dependiendo de cómo se operacionaliza, es crucial no solo en la riqueza clínica del campo, sino que se trata de la única posibilidad viable para una acción terapéutica que sea realmente eficaz.

Teniendo como referencia un caso clínico, y a partir de elaboraciones sobre dos distintas concepciones de violencia, este texto se propone pensar en las dificultades decomprender el lugar que los jóvenes en conflicto con la ley ocupan en la sociedad, y los impases de su abordaje terapéutico. Esos impases, más que un obstáculo, deberían ser el empuje que nos permitiría confrontar las imposibilidades involucradas, por un prejuicio no solamente clínico, sino también político.