Tanto código de buen gobierno, como revisoría fiscal son creados para la protección de los intereses de los inversionistas y dueños de capital, para generarles un ambiente de confianza en el mercado y para mediar su interés con los intereses de quienes realizan la gestión de sus organizaciones. Surge la revisoría, para la representación de los inversionistas ante los administradores, con el fin de que estos tengan unas cuentas claras y aproximadas a la realidad de lo que fueron los movimientos económicos de la empresa en un periodo especifico, y el código para la generación de confianza luego de unos escándalos mundiales de fraudes corporativos que terminaron por desestabilizar la economía mundial. Es necesaria la protección de la economía y del mundo de los negocios, pero hasta qué punto es más importante que la sociedad, los ecosistemas y la raza humana en general, hasta qué punto tiene más valor la maximización de utilidades a cualquier costo para unos pocos y como el dinero y el consumismo han reemplazado la noción de felicidad en los seres humanos.