El presente trabajo tiene el propósito de reflexionar sobre la relación entre la cultura medicalizante y los procesos transgeneracionales. En el escenario contemporáneo, observamos la creciente codificación de los sufrimientos psíquicos en términos propios del discurso médico, más precisamente psiquiátrico, que son ampliamente socializados a través de los medios de comunicación y la escuela. En ese sentido, cabe pensar que los procedimientos de medicalización, surgidos en los cuidados con la población adulta, se extendieron también a los niños. A partir de observaciones clínicas, nos encontramos con un número cada vez mayor de niños desatentos o inquietos, que demandan un cuidado especial de sus profesores y familiares, que son diagnosticados con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDA/H). Sin embargo, otras áreas del conocimiento como la práctica psicoanalítica con niños se destaca por presenta especificidades, incluyendo la apertura de un espacio para escuchar a los padres en las entrevistas preliminares y trabajar con ellos, cuando sea necesario. Así, por estar incluido el trabajo con los padres y por parecer una alternativa ante la medicalización desenfrenada, se hace necesario una constante profundización teórica de las peculiaridades de la clínica infantil articulada a las relaciones familiares, dado su carácter estructurante en la constitución del niño.

El objetivo principal de este estudio teórico es articular las nociones de transgeneracionalidad, familia y origen, que son elementos esenciales para comprender la constitución psíquica. Este esquema constituye un estudio preliminar de las patologías de la herencia. Una de las formas de transmisión psíquica transgeneracional, o mejor, de transgeneracionalidad, puede observarse como una repetición a través de generaciones que se configura por la insistencia de la cadena significante. El inconsciente, como dispositivo transindividual y estructurado como lenguaje, desvela la fantasía original anterior a su propia existencia. Si el deseo es el deseo del Otro, la importancia de las inflexiones hechas por el Otro parental en el discurso de los niños no podría ser más completa. Las experiencias ancestrales encuentran canales de transmisión inconscientes que, cuanto menos reconocido sea el significante, más persistirá a lo largo de generaciones. Estos son los referentes simbólicos que permiten establecer la diferencia de lugares entre generaciones en la cadena de afiliación. Estos puntos débiles cuando se expresan en términos de síntomas parecen indicar una imposibilidad de representación.